Bueno aparentemente estoy dejando atrás el drama,
y todo el tema mortuorio... No cantemos victoria pero acá estoy masticando mi
chicle. Por momentos siento tensión en mis extremidades, como si me
hubiese dado vuelta de cocaína; pero no, solo es la nicotina (dicen que es peor
que la cocaína) sailiendo de mi sistema nervioso.
Hoy fui a la marcha a favor del aborto. Voy a ser sincera, a
pesar que estoy de acuerdo, fui porque trabajo a 2 cuadras de Congreso, si me
hubiera tenido que tomar un bondi o hubiese tenido que viajar 2 horas
probablemente no hubiese ido. No voy a mentir. La cuestión es que en medio de
la marcha, mientras como siempre pensaba en fumar, una chica atrás mío comenzó
a apretarme. Si hubiese sido un tipo, me hubiese dado vuelta y le calzaba un
sopapo, pero era una mujer de aparentemente 35 años, morocha pelo lacio
brilloso, muy, muy brilloso y castaño. Tenía rasgos fuertes, medios arabescos,
ojos picaros por supuesto que negros. Alta, 1.70, flaca normal… La cuestión que
cuando me di vuelta, la miré con sorpresa. Ella sonrió y me pidió perdón. No sé
cómo explicarlo pero hubo algo, una especie de química. Estoy dejando de fumar,
no tengo filtros (cuac). Así que, mi mente me dijo: “Te gusta la mina, báncatela”.
Me la hubiese chapado ahí mismo pero por algún
motivo no le dije nada. Cerré mi boca y volví a mi lugar, a seguir la marcha…
La película Tango Feroz tiene una escena que, en
medio de una revuelta militar, los protagonistas se escabullen hacia una terraza
y garchan. Sí, esa escena vino a mi cabeza como un anhelo.
Siempre voy a
recordar a la chica de la marcha
que por supuesto, estaba fumando.
NIVEL DE
DIFICULTAD DE HOY: 8
SENSACIÓN
RARA:
Le siento demasiado el gusto a las cosas.
Comentarios
Publicar un comentario