Los días pasan, el mundo me atraviesa sin tomar conciencia de que soy un ser especial, el mundo rueda y no notan lo que estoy dejando atrás. ¡OIDME MORTALES he dejado de fumar! Soy yo el centro del universo, he aquí un super-humano que ha dejado de fumar y ustedes no valoran.
Si hay algo que no necesito en esta
vida es prenderme un cigarrillo, pero ahora resulta que al mundo no le bastó
con eso y también me tengo que quedar encerrada en casa. Tengo libros para
leer, cerveza y mate, para ir variando según la hora del día. Y DE TODO ESTO LO
ÚNICO QUE ME MOLESTA ES LA CASA QUE ESTÁ EN OBRA DELANTE DE LA MÍA. Esa gente
fea que grita, escupe y HACEN RUIDO. Desde noviembre del 2019 que están en
obra, haciendo ruido día tras día. Hoy 17-03-2020 están acabando con mi
paciencia. Debería denunciarlos, además, están amuchados como gallinas en
corral, no debería suceder eso. Veré qué hago.
ENCONTRÉ COSAS BUENAS A LA SITUACIÓN del corona:
·
Se
redujo la cantidad de días en que debo ir al trabajo
·
Se
redujo la cantidad de gases de efecto
invernadero
·
Los
animales silvestres AGRADECEN que los chinos dejaron de matarlos por ley.
·
Hay
reducción de tráfico y por lo tanto de contaminación.
·
EL
PLANETA ESTÁ EN SU HORARIO DE YOGA.
·
No
hay que dar besos innecesarios (ampliaré abajo)
Todo absolutamente todo en la vida
tiene dos lados, uno bueno y uno malo. Hoy a esta hora, bajo la suave brisa de
este minuto elegí mirar lo bueno. Además,
como ya saben, amo más a los animales que a la personas (no estoy orgullosa de
esto pero es la verdad).
BESOS INNECESARIOS:
Por algún motivo que desconozco, un
buen día, terminé dándome un beso y un abrazo con el sodero. UN BESO EN EL
CACHETE. El señor es muy amable, dulce, esa gente que parece buenuda, simpática,
que se toma la vida con humor, que acepta la condición de existir y trata de ir
por la vida regalando sonrisas. No es agraciado físicamente, por lo que no voy
por el lado de la fantasía. La cuestión, que un día, luego de una charla donde
ambos reímos, nos dimos un beso, que él retuvo con un abracito, del cual yo me
resistí como la gata que abrazaba Pepe Le Pew. A partir de ese día, todos los
martes que pasaba por casa a dejarme un bidón y 2 sodas nos tomamos por
costumbre el beso y el abracito. ¡SEÑOR NO ME BESE!, pensaba siempre con culpa
al segundo que cerraba la puerta. La culpa era porque el señor es agradable y
yo demasiado arisca para gente tan buena y cariñosa. Hoy lo despedí con una
sonrisa y de lejos.
LA GENTE DE LA OFICINA
A ellos, felizmente tampoco los beso.
Todos dirigentes de una Federación menor que se creen que están dirigiendo la
AFA, y son un montón de gordos y flacos canosos de clase media que se creen los
reyes del mundo, casi todos pajeros, machistas y desagradables. Casi todos me
han tirado onda, me han invitado a tomar cerveza, café, a cenar, a algo que les
de pie para luego intentar tener sexo… a todos les dije que no. Prefiero cógeme
a mi escritorio ante que a uno de esos. Y
QUÉ AUTOESTIMA tienen los tipos, no me imagino a tantas cincuentonas casi
sesentonas tratando de encararse a uno/a de treinta y pico. Puede haber una,
pero no una manada de viejas pajeras.
No me quisieron pagar el
estacionamiento para que vaya a la oficina en mi auto en vez de en subte. —No
importa me lo pago yo—, les dije y a la vez pensé que quiero más a la gente del subte A que a ellos.
DIFICULTAD DEL DÍA DE HOY: 3
COSAS RARAS: Fumar me resulta algo remoto.
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