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UN PASO MÁS Y DISPARO...



¿Qué onda la gente feliz en cuarentena? ¿La gente es feliz o se hace la feliz?

La verdad admiro a aquellas personas que logran ser felices, que toman sus existencias como cosas naturales y respiran y caminan, comen y cagan todo a su debido tiempo. Mi cuerpo es un templo rabioso que no funciona mecánicamente, soy demasiado consciente de él. A duras penas despego un pie de la cama, respiro en la cocina y luego soy consciente del próximo sorbo de aire que voy a ingerir, como también soy muy consciente que hace dos días me duele la cabeza y hace seis que tengo tos. Hablo con amigos a ellos le pasa igual y eso me calma. “Mal de todos…” Consuelo es consuelo, viejo.  
Me angustio, me doy cuenta de todas mis falencias, me aburro, no hago gym, el yoga lo hago mal, la meditación no me sirve. Voy de ataque de pánico en ataque de pánico, me tomo la temperatura y no puedo entender cómo no me indica que ya he muerto. O tal vez ya morí, aquella vez que volvía de la Costa Atlántica, manejaba tan feliz que me acuerdo de pensar: “estoy tan feliz que no sé si me he muerto”. No suelo andar feliz por la vida, por eso recuerdo esa ocasión, estaba sola, cuidaba la casa de una amiga que se había ido a Brasil. Una de las tantas noches que fui a darle de comer a sus perros y 500 gatos, me cogí, EN LA PISCINA, a un chongo que se parecía a uno de los Toy boy (una serie española que ando mirando por las noches), un vecino al que también le hubiese “dado” nos espiaba. No lo dejé quedarse a dormir, lo eché luego de absorber su esencia, y también decidí volverme a mi casa a descansar. 
Emprendí el regreso a las tres de la mañana, luego de dejar bien atendidos a los animales y plantas. Me separaban apenas unas diez cuadras. Estaba muy bien cogida, muy bien tomada y muy bien comida. En ese orden, como debe ser. Caminé y respiré profundo, fumé un cigarro que me duró las primeras cuadras y el humo disparaba apuntando hacia las estrellas.
Aquel día recuerdo que no me crucé ni un policía, tuve miedo cuando atravesé la calle que tiene un gran baldío.  Pero se pasó rápido. Ahora, salgo a tirar la basura a la esquina y la policía que molesta a mi vecino con perro, me mira como diciendo; “das un paso más y disparo”. Y yo creo que ya lo he dado.

DIFICULTAD DEL DÍA DE HOY: A veces 1; a veces 6

COSAS RARAS: La dificultad es impredecible.





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