NO HAY MÁS NADA QUE HACER

 

Muerte, sombra, esos micros segundos de oscuridad.

Cuando no es cáncer de pulmón, es de pecho, el temor constante a padecer una enfermedad. También puede ser de cerebro, sobre todo desde que oigo ese maldito pitido del infierno que bien me hice ver en una clínica. Sí, fui temerosa, arriesgándome a contagiarme Covid (el fucking covid de mierda, perdón la grosería pero quiero descargarme con ese bicho denso. Ah, re que pido perdón y siempre digo groserías) Me levanté decidida a todo una mañana y fui a hacerme ver. Luego de tres millones de veces que me hicieron ir; la OTORRINONARINGOLOGA (palabra de ahorcado cuando tenés 10 años) ME INFORMÓ:  QUE NO ES NADA, QUE ES UNA CONTRACTURA.  

Como cuando fui paranoiqueada al oculista porque había unas manchitas psicodélica negra que perseguía en el aire. Como si tuviera una mosca delante de la vista, me fumé un fondo de ojos para que la oculista me dijera NO ES NADA.

 ¿Entonces, viejo, qué es lo que está pasando?

Me hago los controles ginecológicos y mamarios una vez al año, como corresponde a mi edad, me dan perfectos, sin embargo ahora, como me molesta una axila, ya el pánico lo sucumbe todo. Pero listo se pasó.

Ayer, me dormí convencida que me había agarrado la GRIPA ASESINA,  -Me sentía afiebrada, me tomé y marco 37°. —PA!— dije. Listo, amanezco muerta o media ahogada casi muerta.  

Estaba empezando a convencerme de que el aire ingresaba a mi laringe una tanto forzada, pensé en mi madre que había pasado a verla hace 2 días, pensé en los cientos de médicos que vi las últimas dos semanas. Claro! porque también empecé tenis y me pidieron el apto físico. Un medico me tuvo encerrada en su consultorio una hora entera, medio en bolas, haciéndome todo tipo de pruebas.  TENGO UN CORAZÓN QUE ES UN ROBLE.

 La cuestión que hoy me desperté y me sentía bastante bien.

¡HARTA ESTOY DE TODO ESO!

Hoy voy por mis gotitas de Bach que armaron especialmente para mi padecer.

¿Manotazo de ahogado? Pruebo. A mi siempre me gustó probar.

MICROSEGUNDOS DE MUERTE

REBELDES TORMENTOS QUE SE INSTAURAN

ENTRE LA SINPSIS DE MIS NEURONAS Y ME DICE:

NO HAY MAS NADA QUE HACER. 

YA NI BEBAS, NI FUMES, NI MAMES

NO HAY MÁS NADA QUE HACER. 

soy la muerte, 

SOY MUCHO PEOR QUE LA MUERTE

SOY EL PADECIMIENTO PREVIO. 

¡Oí! ESO QUE GRITA TU MENTE, 

MIRALO, ENFRENTALO,

QUEDAN SEIS MESES.

NO HAY MÁS NADA QUE HACER.