Ir al contenido principal

Tenis PODOROSKA!


No llevaba prisa y como siempre que eso sucede, no existían semáforos en rojos, ni cortes de calle, ni tráfico severo. Paseaba como una campeona, era la Podoroska del automovilismo. 
El día había arrancado con menos 5 grados, pero a esa hora ya hacía arriba de 100. Me iba sacando la ropa y tirándola sobre el lado del acompañante. Tratando de ir despacio, si alguien se me pegaba, me corría para dejarlo pasar como corresponde. Hasta que de repente por una callecita empedrada del viejo barrio de Flores apareció él. 
Moreno, debería estar pisando los 40 años, auto gris, modelo nuevo. Estabamos parados esperando que se activara el giro a la izquierda.             
¡Señal verde! Me entusiasmé, ya estaba más cerca de mi partido de tenis. El tipo no arrancaba; luego arrancó a 10 km/h... sorprendida le toqué bocina para que apurara el paso. "Move las canchas, bebé", pensé para mis adentros. Ni así animaba su paso. Porque yo iba sin prisa, con tiempo; pero tampoco para detenerme detrás de nadie. 
Luego de que lo bocineé fuerte, y pispeé de un refilón bien cabreado, descubrí que hablaba por teléfono, al doblar me agarró el semáforo en rojo de la siguiente calle. Fui a la velocidad de él, para no detenerme y tener que pelear. Estaba de muy buen humor para discutir. Faltaban 15 minutos para mi partido de tenis.
Finalmente me agarró el siguiente semáforo, el chabon se me puso al lado y bajó la ventanilla porque le había molestado que le tocase bocina. 

Baje la ventanilla del acompañante para increparlo.... entonces lo vi todo.

No sólo iba hablando por celular; sino con una nena de 6 años adelante sin cinturón de seguridad.

-No servís ni para que te putee, Gil.- le dije y subí la ventanilla. 

Por ese instante me olvide de mis dolores, porque ya estaba advirtiendo un dolor debajo de la axila que me preocupaba. Por suerte me olvidé de todo, hasta ahora claro que me puse a escribirlo. 

AHORA ME VOY, quedan 5 minutos para el partido. 


Comentarios

LO MÁS VISTO

68 ASESINATOS

“QUE DELICIOSO GUSTO QUE TENGO EN LA BOCA”, pensaba mientras me subía al subte A. Luego me bajé en la estación Sáenz Peña, sintiendo una sensación increíble de adrenalina en el cuerpo. “Wow, me siento bien de verdad”, pensaba.  Esto de no fumar se está transformando en   TODO UN ÉXITO . Avenida de Mayo rebalsaba de gente, de mujeres con  sus pañuelos verdes  atados en las muñecas, en las mochilas, en donde podían. Casi todos gastados, casi todos con uso, había varias marchas encima de cada uno de ellos. La gente iba y venía, sacaban fotos como yo, fumaban, había mucho olor a hamburguesa lo que me recordó que hace tiempo no voy a Mc. Por lo general cuando estoy frente a un tumulto me da claustrofobia, repulsión, etc., pero allí estaba rodeada de pares que me cuidaban.  Hasta que recordé las precauciones de mi mamá y de los noticieros, evitemos las multitudes por  EL CORONAVIRUS . Por un breve momento pensé en salir corriendo, los ojitos se abrieron en señal de alerta, siempre alguie

LAS FEMINISTAS DÓNDE ESTÁN?

¿DÓNDE ESTAN LAS FEMINISTAS? Es recurrente esa pregunta cuando acontece algo terrible en la sociedad. El último caso de relevancia en los medios de comunicación: la niña "M", violada sistemáticamente... Inmediatamente enlazan con las feministas, como si fueran un movimiento político con palanca judicial y policial que puede ir a desarticular una red de pedofilia enquistado en la sociedad con complicidad dirigencial. Seguramente las feministas estarán trabajando, estudiando, limpiando, bañándose, comiendo, garchando, como las no feministas. BASTA DE HACER ESA PREGUNTA ESTUPIDA . Ser feministas es una conviccion, decisión y lucha que se lleva adelante a diario con el respaldo de otras mujeres que piensan igual. Y justamente señalando o intentando abarcar todos los casos de mujeres sometidas, humilladas, maltratadas, etc. Señalando todas las desigualdades para que algún día sean más chicas.  La pregunta no es dónde están las feministas cuando te enteras q asesinan o violan a otr

LA VIEJA COPETUDA

Vi una señora que me asustó. Creo que yo le daba asco.  Me hizo acordar a mí respecto a todo.  La vieja era copetuda pero fulerita. Lucía un vestido largo floreado y un sombrero de paja moderno con una cinta negra alrededor, zapatillas verde agua, creo que eran de marca, aros de billuteri. Era coqueta pero sin maquillaje, sus ademanes denotaban aires glamurosos de un pasado sagrado. Me daba la impresión que había tenido plata hacía mucho, mucho tiempo. Me la imaginé paseando en carroza por las calles de tierras en dirección al Teatro Colón, las primeras décadas de otro siglo, maltratando al chófer y a su marido que no dejaba de fumar pipa y pensar en su sirvienta sensual.  Ella iba sentada pero levantaba el brazo hacia arriba, tenía miedo que la aplastaran, iba sentada pero tenía miedo que la aplastara una inocente jovencita que estaba parada junto a ella... Aparte no levantaba simplemente el brazo, lo levantaba y miraba con desprecio, tenía terror de la chica y en un principio